LA OTRA DIMENSION
Por: El Ei Nov-2009
Un día, una hormiga, una sombra,
un sol y unos ojos confundidos
que no saben adónde ver,
si hacia la diminuta criatura,
o hacia la imponente sombra que proyecta.
La hora para la magia era ideal; más tarde o más temprano el ángulo de inclinación del sol hubiera estado –seguramente- sosteniendo la pesada hipotenusa de un triángulo rectángulo; el sol descansando en una nube o pintando la atmósfera de azul; la hormiga estaría lejos, muy lejos, en la magnitud de distancias de su reducida dimensión y nosotros, los maestros que nos reunimos solamente en nuestro cubículo de paredes transparentes de siete cuarenta y cinco a ocho de la mañana, estaríamos dentro de un salón de clases tratando de proyectar una sombra grande, muy grande, frente a unos ojos confundidos de alumnos que quizá tampoco sabrían hacia donde ver.(*)
(*): “….hacia la diminuta
criatura,
o hacia la imponente sombra
que proyecta”